Erase una vez, un chico y una chica
que se querían mucho.
Pero vivían en dos lugares distintos,
muy lejos el uno del otro.
Por eso, sólo se podían ver de vez en cuando.
Cuando se veían
pasaban mucho tiempo juntos,
hablando y jugando todo el rato.
Incluso a veces dibujaban y coloreaban juntos.
El chico era listo, alto y muy bueno.
Se llamaba SAM.
La chica era guapa y amable,
pero muy torpe y olvidadiza.
Se llamaba SANDY.
Nuestra historia comienza
cuando fue el cumpleaños de uno de ellos
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